Corazones limpios

"Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio; y renueva un espíritu recto dentro de mí" (Salmo 51.10)
Desde pequeños hemos escuchado la palabra "corazón". Probablemente pensamos que es algo dentro de nosotros que siente distintas emociones, como el amor, afecto, compasión o dolor. Para Dios el corazón es muy importante, pues la Biblia lo menciona cientos de veces.
Cuando buscamos en internet el significado de corazón, nos aparecen su descripción física, ilustraciones y tips para cuidar de él. Si descuidar nuestro corazón puede afectar nuestra vida, ¡imagínate lo que sería descuidar nuestro corazón en el sentido bíblico!
Nuestro corazón en la Biblia es una composición de toooodas las partes de nuestra alma, en la cual se incluyen la mente, emociones y voluntad. Sobre todas estas, la parte más importante es la conciencia del ser.
El corazón no es solo para sentir emociones; de nuestro corazón surgen los pensamientos, las decisiones y ahí es donde discernimos el bien del mal. "Porque del corazón salen los malos pensamientos, muertes, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios, blasfemias" (S. Mt. 15.19).
Nuestro corazón es la puerta por donde se entra a todo lo que somos. De modo que ya sea que abramos o cerremos nuestro corazón, determinará lo que dejemos entrar en nuestro ser interior. Es por ello que la exhortación divina dice: "Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; porque de él mana la vida" (Pr. 4.23).
En el Salmo 51.10, el rey David sentía que no era suficiente que Dios simplemente limpiara su corazón, sino que necesitaba uno nuevo, limpio y sobre todo recto para continuar en el camino correcto. Nosotros también necesitamos un corazón con esas características. Necesitamos un espíritu firme, firme para Dios, capaz de resistir al diablo, firme en la fe y perseverante en lo correcto. Pues es necesario un espíritu recto para mantener nuestro corazón limpio.
¡Solo Dios puede transformar tu corazón!
Por Avril Cruz Pérez / Paraíso, Tab.